Revisitando Battleborn

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Lo que se venía rumoreando durante meses y que muchos deseaban que fuera real, acaba de ocurrir. Battleborn, pasa a ser free-to-play.

Esto tiene matices. Podremos jugar de forma totalmente gratuita, sin restricciones de tiempo o niveles a todo el contenido de Battleborn salvo su modo campaña. Lo que viene a ser el modo PvP. Podremos ir desbloqueando personajes, skins, ítems, etc… del juego y si luego queremos tener acceso a la historia, podremos comprarla.

Es una medida muy acertada pero que debió llegar hace muchísimo tiempo. Pero… ¿era Battleborn un buen juego?, ¿lo es ahora?. Vayamos por partes.

Podemos resumir a Battleborn como un gran juego que apareció en un mal momento. Competía directamente con Overwatch y la promoción y hype que se creó entorno al título de Blizzard logró que los jugadores lo desearan por encima del título de 2k.

Estamos ante un shooter de héroes, que parte del espíritu de Borderlands y que, al igual que todos los títulos de la desarrolladora, tiene un estilo propio muy marcado. Battleborn no es Overwatch, y le hace mucho daño al título las comparaciones, pues estamos ante dos juegos totalmente distintos.

El juego rezuma humor por todos lados, con chascarrillos durante las partidas, chistes malos que te acaban sacando una sonrisa y provocaciones desbloqueables que recuerdan y mucho a series, películas y otros videojuegos. En ese punto, ya estás obteniendo un plus muy gratificante, que hace que las partidas sean siempre entretenidas.

La historia no está muy elaborada y parece servir un poco de excusa para los niveles de la campaña. Con respecto a eso, cabe decir que están perfectamente ejecutados y resultan una experiencia muy gratificante de cara al jugador. Una partida en un nivel de la campaña puede durar más de 20 minutos, pero durante todo ese tiempo, estás avanzando por el nivel y la historia, matando enemigos y haciendo objetivos.

A todo esto, se añaden desafíos a tiempo real que van apareciendo durante el nivel y nos fuerzan a dar un plus en la partida en busca de recompensas.

Las peleas contra los jefes también son muy atractivas. A lo largo de un solo nivel, podemos llegar encontrarnos hasta 3 jefes, todos con un denominador común, son enormes. Enemigos bastante potentes y grandes, que además tienen una mecánica de ataque única, con lo que nos fuerzan a luchar contra cada uno de ellos de una forma distinta. Son enfrentamientos largos tras los cuales obtendremos bastantes recompensas.

El modo PvP es el punto fuerte del juego y el hasta ahora más maltratado. Jugaremos en partidas de 5vs5 en distintos modos de juego, que van desde un clásico dominio, hasta un modo de destruir la base enemiga (en este caso un esbirro enorme), pasando por modos de escolta de esbirros. Durante estas partidas destruiremos esbirros enemigos y escoltaremos a los nuestros y por el camino, podremos construir estructuras que atacarán al enemigo y nos darán pequeñas ventajas en combate. De momento el PvP está prácticamente desierto. Dado que el núcleo de jugadores estaba en otros títulos, era muy difícil encontrar partidas, cosa que puede cambiar ahora que el juego es gratuito. Se mejoró el matchmaking, creando salas diferenciadas por nivel, para que los jugadores solo puedan ser emparejados con gente de un nivel similar al suyo.

Para todo esto, el juego se apoya en hasta 30 personajes, cada uno con sus propias habilidades y que, a diferencia de cualquier juego del género, pueden ser modificadas. Según vayamos subiendo a nuestro personaje de nivel en cada partida, podremos ir seleccionando modificaciones para nuestras habilidades, que van desde hacer más daño, hasta aumentar el alcance, dar capacidades extra, etc…

Es por eso que cada personaje puede ser jugado de distintas formas, lo cual aumenta todavía más la variedad en el juego.

Además, podremos equipar objetos, que posteriormente activaremos en las partidas y nos darán distintas bonificaciones, ya sean de daño físico, de habilidad, etc…

Estos objetos los podremos obtener en cajas, que lograremos al subir de nivel, matar jefes, jugar PvP y un largo etc…lo cual potencia ese lado de farmeo, en busca de ítems poderosos. Esto no vuelve al juego un pay-to-win. En primer lugar, porque simplemente por jugar obtendremos decenas de cajas y segundo, porque las bonificaciones que dan los ítems, no suponen grandes diferencias entre los jugadores.

Y esto viene acompañado, por supuesto, de skins para los personajes y provocaciones que podremos usar cuando matemos a otros jugadores y que resultan muy divertidas. Las skins no son muy elaboradas y algunas simplemente se limitan a cambiar el color de un personaje, pero se pueden obtener muy fácilmente en cajas o subiendo de nivel.

¿Por qué debemos jugar ahora a Battleborn?, en primer lugar, porque todo lo bueno que tenía el título se mantiene y segundo, porque el término free-to- play se hace más patente que nunca.

Ahora disponemos de misiones diarias, objetivos que debemos ir cumpliendo (ganar X partidas, matar a X enemigos de una clase, etc…) con los que, entre otras cosas, podremos obtener créditos de pago, así, cualquier jugador, tarde más o menos, podrá acceder a todo el contenido de pago, incluido el season pass que incluye los DLC del propio juego.

Finalmente, cabe destacar que el juego se mantiene constantemente actualizado, lanzando eventos, material estético nuevo e incluso regalando créditos y skins a los jugadores.

El único problema que presenta el juego, al menos en su versión de PC, es la optimización. A diferencia de otros títulos, este Battleborn requiere de un pc de gama media-alta para ser jugado con fluidez. Un PC poco normalito podría correrlo, pero tendría que jugar con todo al mínimo y bajando la resolución.

En resumen, es un momento perfecto para probar un muy buen juego, con mucho contenido y posibilidades de juego, que seguro va a dar unas partidas más que interesantes

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