Sucio y penetrante erotismo

Mis labios se humedecen al mirarte, presagio de lo que de forma casi imperceptible, desean que se vuelva real, intenso, puro.

Lentamente me acerco hasta el horizonte de tu rostro, para descubrir paso a paso, todos sus rincones. Te beso, impregnando mi alma en un solo instante cargado de placer.

Bajo hasta las profundidades de lo prohibido, para descubrir ese secreto que me ocultas y que mi ser muere por conocer. Y ante mi, lo que ya es todo un mar de un placer silencioso, inyectando su néctar sobre mi piel. Introduzco mis dedos, recorriendo cada cavidad de tu ser, a la vez que el canto de la pasión más pura, penetra en mis oídos y me eleva al cielo.

Y no me detengo, pues tus gemidos son mi combustible. Ese placentero dolor que recorre mi espalda, la forma más directa de demostrar el placer que este momento te produce, empujándome a seguir cada vez a mayor velocidad, hasta que el flujo, imparable, baña todos mis sentidos y nos atrapa en un circulo cargado del más sucio erotismo, que no pretendemos abandonar.