La senda de las realidades

Locura disfrazada de sueño, que siendo sueño, lucha por transformarse en realidad. Voces afiladas esparcidas por la senda de dos almas que mueren por descubrir su final. Aunque sean sus frágiles movimientos los que les hagan avanzar, un enmascarado y erróneo pensamiento les hace retroceder a cada paso que dan, como si fuera el mundo que les rodea, quien moviera la tierra que pisan y no ellos, los que agitan sus extremidades en la dirección opuesta.

Y así será como el correr del tiempo, cual tornado de ideas baladís, les empujará hasta los extremos de una agitación bulliciosa de la que no podrán escapar, hasta que confíen en que juntos, todo es posible.

Todo es posible, naciendo un poder enigmático el cual no pueden apreciar, pero recorre sus cuerpos, llega a sus mentes e inyecta la realidad, su realidad, en la cual juntos, recorren ahora sí, la senda creada con granos de deseo, afecto y sobre todo, complicidad.

YouTube y el asesinato cultural

Escribo esta entrada a raíz de un tweet que publiqué (https://twitter.com/Gotaku/status/653318128571650048) (aunque me suena raro decir publicar, un tweet no tiene tanta entidad como cualquier otro tipo de publicación) ayer mismo y que me da pie a dar mi opinión sobre algo que es una queja generalizada sobre el mundo Youtuber.

El tweet

Quiero dejar claro que es un punto de vista, personal, por lo que seguramente choque de frente con lo que puedan pensar muchas otras personas, pero no por eso es menos valido.

YouTube está empezando a generar una relación de amor-odio. Lo amamos porque nos brinda contenido de calidad, con libertad para ver lo que queramos, cuando queramos y con un seguimiento similar (o mejor) que el de la tele (aunque eso nos pareciera una locura hace unos años). Por otro lado lo odiamos (al menos yo), porque aúpa a los generadores de contenido que más tirón tienen, en detrimento de todo el resto, es decir, aunque tú tengas tu pequeña parcelita con suscripciones a los canales que te gustan y recomendaciones personalizadas sobre lo que has visto, YouTube siempre te planta al rubius de turno como el vídeo más popular que seguro que te mueres por ver.

Cada cual es libre de ver lo que quiera, porque el contenido está ahí y nadie te pone una pistola en la cabeza para verlo (aunque YouTube te da unos cuantos codazos para que lo hagas), ahí no entro. Pero cada cual en su casa. YouTube es YouTube (un vaso es un vaso y un plato es un plato que decía aquel) y así debería seguir siendo, porque es básicamente el núcleo de su éxito. Pero peligrosamente va acechando nuevos campos que hasta ahora eran muy valorados.

Ahora toca el boom de las marcas, poner la cara de tu “gamer” favorito en tus tetas o comprarte bolas de queso sabor “criaturita del señor”. Por desgracia, en España esto no es así, pero en Latinoamérica sobre todo, no es tan raro que alguno de ellos aparezcan en snacks y cosas así (como aquí COD en las Doritos), aquí somos más de tirar por tierra cosas más valiosas (que se lo digan al PP) y eso es lo que realmente me jode.

Por lo visto el paso natural es escribir un libro. Tienes un canal, haces vídeos chorra de baja calidad audiovisual que gustan a millones de personas y escribes un libro (lo de plantar un árbol queda como muy anticuado). ¿Qué ha pasado con todo esto?. Las quejas vienen de muchos frentes y en múltiples formas. Que si es un timo, que si las editoriales venden su alma, etc…

Que una editorial publique un libro sobre un Youtuber me parece legítimo, saben que van a venderlos como churros y por desgracia la compra de libros está quedando renegado a un tercer plano, como algo para “intelectuales” o gente que quiere comprar la última novela de moda “de la que todo el mundo habla”. Sería renegar a sus principios por dinero, pero cada cual hace con su negocio lo que le plazca.

Personalmente detesto todo esto, porque poco a poco los libros en general pierden valor. El caso es muy simple. Un señor en burgos escribe una novela que posiblemente revolucione los cimientos de la novela en el siglo XXI, pero tendrá menos apoyo porque el famoso de turno, que sale en los medios y al que la gente adora, quiere contar la vida tan fascinante que lleva. ¿En qué se han convertido?.

Lo peor de todo es que no se exige un mínimo de calidad, puesto que seguramente ni los propios Youtubers escriben sus libros, que van desde bromas estúpidas para niños de 10 años (libro del Rubius), hasta comentarios a lo Risto de “cosicas” de internet (Auronplay). Es una epidemia que se va comiendo los cimientos de lo que algunos entendemos por libro, algo que tiene un mínimo valor y que no se convierte en una Super pop de más de 100 páginas.

De momento sólo pasa en libros, pero llegará un momento en el que ocurra con todo lo demás, porque la música ya perdió su valor y el cine, algunos se empeñan en que también lo haga.

Yo sólo espero que esto no termine siendo el declive cultural definitivo y que la gente tenga el criterio suficiente como para valorar el contenido de calidad (sea en la forma que sea) y no se limiten a lo que “sus dioses”, pongan en internet cada día.