Aquí no hay quien viva es nuestro Simpsons particular, esa serie que te quedas a ver cuándo la pillas por la tele, de la que te has visto cada episodio 5 veces y te lo podrías ver otras 5 y de la que te sabes casi todos los diálogos y frases.
Posiblemente la mejor serie española (al menos dentro de la comedia) de la historia, legendaria en su época y que a día de hoy, se vuelve atemporal y es seguida por multitud de nostálgicos y por qué no, de nuevos fans.
Roza la perfección en casi todo, con personajes variados y lo suficientemente profundos como para que su evolución sea notoria y satisfactoria hasta el punto de llegar el público a empatizar con ellos. Un humor cercano, por momentos simple, pero casi siempre, muy cuidado, de muy alto nivel, haciendo referencias a la política y la sociedad del momento.
Escenas que quedan en la retina, personajes imposibles de olvidar, frases que ya forman parte del imaginario de todos nosotros y un largo etcétera de alabanzas que podrían tenerme toda una noche escribiendo sobre la serie.
Entonces… ¿cómo una serie que roza la perfección, se termina de una forma abrupta, dejando una corta vida para transformarse en un producto de tan ínfima calidad?, posiblemente esa sea la gran pregunta, pero creo que nadie de los que un día amamos Aquí no hay quien viva se merece La que se avecina.
En base tenemos una serie de gama baja que usa como pilar la antes mencionada obra maestra de la comedia.
Todo nos suena familiar, tanto porque un número significativo de los actores originales siguió en el nuevo proyecto, los guionistas son prácticamente los mismos y el alma mater de todo este mundo, José Luís Moreno seguía siendo el productor. Visto así, parecía que la cosa podría llegar a ser algo igual de bueno, pero la emitía Telecinco y desde 7 vidas no han hecho nada digno de recordar.
Personajes muy planos, nada cambiantes, simples, sobreactuados y demasiado estereotipados, hasta el punto de ser aburridos, repetitivos y algunos incluso vomitivos. Hacen uso de “su frase” como si no fueran capaces de desarrollarse más allá de ella. Todo el mundo conoce frases como “Antonio Recio mayorista, no limpio pescado”, “¿quieres salami?, “¿Somos leones o huevones?”, en cada capítulo el personaje en cuestión las repite hasta la saciedad, aunque la escena no la pida y no encajen en la trama, pero suenan a recurso fácil, a lo que el espectador está esperando escuchar.
En cuanto a tramas, la gran mayoría de ellas son un calco de las ya vistas en Aquí no hay quien viva, simplemente adaptada a los nuevos personajes y localizaciones, pero peor desarrolladas (sobre todo por el pésimo trabajo actoral de parte del elenco), por lo que estaremos viendo lo mismo de siempre, pero peor.
La serie ha bajado la calidad muchísimo, suprimiendo gags y chistes inteligentes de la anterior serie y dejando casi en el ridículo las referencias a series, películas y la sociedad actual, dejando una serie plana, rápida y adaptada para un gran público que sólo necesita dos pequeños recursos para reírse a carcajada limpia. Encaja perfectamente en Telecinco, pues abusa en exceso de personajes, situación y tramas que giran en torno al sexo, pues no hay episodio en el que no se hable de sexo o se haga referencia a él.
Si hablamos de personajes, hablamos lo peor que tiene La que se avecina, sobre todo cuando vemos estereotipos como un salido fracasado, el típico vago amante del fútbol, un conservador, etc…, lo cual simplemente es fomentar una imagen de nosotros mismos que no llega a ser cierta.
Con todo esto, más rabia me da que La que se avecina de momento, sea el doble de longeva que Aquí no hay quien viva y de momento no se tengan planes de acabarla, sobre todo cuando escuchas a los guionistas decir que ojalá pudieran hacer muchos más episodios.
Me duele, sobre todo porque en cierto modo Aquí no hay quien viva me ha cambiado la vida y es una verdadera lástima que mataran a una serie mítica haciendo un bodrio infumable por el que además, parece que sus creadores tienen más aprecio.